Nike, que contaba con 20 años de experiencia en el calzado deportivo, le hizo una oferta. Aunque económicamente no podían igualar las cifras de la competencia le ofrecieron de todo: dos autos, un contrato millonario y, lo más importante, unas zapatillas especialmente diseñadas para él.
Nunca antes una empresa de ropa deportiva había personalizado un producto al nivel de hacerlo único. Pero con Jordan, Nike estaba dispuesto a hacerlo. A pesar de que Jordan estaba empeñado en firmar por Adidas
Luego de que su madre lo convenciera de darle el “sí” a Nike este producto despegó. A tan solo un año de haber firmado el contrato, se lanzaron al mercado las Air Jordan, unas zapatillas para amantes del basket. Batieron el récord de ventas de toda la historia, poniendo de moda desde ese momento las zapatillas de baloncesto en color rojo y negro. Todo el mundo quería vestir con las zapatillas de su ídolo. Se convirtieron en poco tiempo en uno de los objetos más buscados y deseados por los jugadores amateurs.
Dado su éxito, al año siguiente Nike lanzó una versión mejorada: las Air Jordan 2, con una textura de piel de lagarto y en tan solo 3 años, la marca creada por Jordan y Nike consiguió vender más de 150 millones de dólares con solo 2 modelos de zapatillas. Un verdadero éxito para cualquier empresa a nivel mundial.